El cambio climático es una teoría científica


Por Cambio Climático Antropogénico se entiende la alteración que experimentan los diversos climas terrestres por el sobrecalentamiento global causado al acumularse en la atmósfera ciertos gases emitidos cuando quemamos combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Esta es en esencia la teoría sobre cuya consistencia la Ciencia ya no alberga ninguna duda razonable, pero que curiosamente una parte de la sociedad aún contempla como un tema sujeto a controversia. Sería esto comprensible si fuera un asunto ante el que cupiera aducir razones morales, creencias religiosas o convicciones políticas. Pero lo cierto es que se trata de una teoría científica consistente, como lo son la Teoría de la Relatividad o la Cinética de Gases, por poner dos ejemplos. Entonces, ¿qué tiene de particular la teoría del Cambio Climático Antropogénico?
Buscando entre los raros precedentes, admita comparación lo ocurrido con la Teoría de la Evolución de las Especies, propuesta por Darwin y Wallace en el siglo XIX. Los ilustrados más radicales de aquella época esgrimieron la teoría darwinista para combatir el creacionismo sostenido entonces por muchas religiones. No obstante, la polémica se calmó al cabo de algunas décadas, pues la Ciencia siguió aportando evidencias que apuntalaban la teoría.
Ante el notable grado de desinformación sobre el problema real del Cambio Climático global, en la década de los 90 los científicos, bajo el auspicio de Naciones Unidas, crearon un canal de comunicación extraordinariamente valioso: El Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés). Desde entonces, este Panel ha publicado cinco informes, el último en 2013, en los que se sintetiza y evalúa el mejor conocimiento científico alcanzado hasta ese momento. No obstante, los dictámenes del IPCC continúan siendo objeto del acoso obsesivo de grupos radicalizados de sesgo “negacionista”, que toman las incertidumbres planteadas en los informes como prueba de ignorancia y se obstinan en tratar de convencer de que la falta de precisión absoluta equivale a un desconocimiento total. Pero la verdad es que los científicos sabemos bastante del Cambio Climático Global, tanto como para comprender su causa esencial y ofrecer solventes proyecciones sobre su posible futura evolución. Por ejemplo:
a) Como entre los diversos gases atmosféricos contribuyentes al “efecto invernadero” natural hay varios que se emiten al quemar combustibles fósiles (destacando el CO2), si aumentara su concentración en la atmósfera se intensificaría dicho efecto invernadero y lógicamente también lo haría la temperatura global de la superficie terrestre.

b) Hay evidencias científicas incontestables de que la concentración en el aire del CO2 ha aumentado un 40% desde el siglo XIX y también de que, aunque el total de emisiones humanas de CO2 apenas llega al 5% de las naturales, estamos alterando el equilibrio natural mantenido a lo largo de cientos de milenios, propiciando esa creciente acumulación en la atmósfera.
c) El extraordinario avance en el conocimiento y comprensión de lo que ocurre en el complejo sistema climático logrado en los últimos 30 años ha permitido reproducir con ecuaciones matemáticas los efectos de un número creciente de mecanismos actuando en dicho sistema. Tales ecuaciones se basan en diversos principios de la Física y se han podido resolver con creciente precisión al ir contando con superordenadores cada vez más potentes. En esto consisten los llamados modelos de simulación del clima
El IPCC constata que cuanto más se retrasen las medidas para empezar a reducir las emisiones globales, más severos deberán ser los recortes posteriores para conseguir el mencionado objetivo. Así, por ejemplo, si durante los próximos cinco años las emisiones globales continuaran creciendo al mismo ritmo actual, cumplir con aceptable probabilidad no superar los 2ºC de calentamiento global requeriría reducir al 50% las emisiones globales en tan solo una década. Mientras que si fuera el próximo año cuando se iniciara el decrecimiento de emisiones globales, el objetivo se conseguiría con ese mismo recorte del 50%, pero repartido a lo largo de dos décadas, no de una.

En conclusión, el Cambio Climático Antropogénico es una teoría científica. No tiene sentido afirmar la creencia o la no creencia en ella, y mucho menos asignarle una determinada ideología política. 


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